EL ÉXITO EN EL TIEMPO



EL ÉXITO EN EL TIEMPO


Las grandes labores, no dependen de una gran fuerza sino de la constante pericia y dedicación que se le dé, a lo que se emprende y se quiere. Los deseos y sueños son eslabones de esperanza, que nos marcan una dirección en el existir. Escuchar siempre y estar dispuesto a recibir las enseñanzas y experiencias de los demás, nos permite prepararnos para el futuro, viviendo lo que hacemos hoy, pero con el cuidado de no imponer y ocupar puestos por aparentar. No mirar al horizonte, sin antes no saber por dónde se va o hacia dónde se va, creyendo en lo que se tiene y en lo que se puede tener, porque la gente destaca el liderazgo. La diferencia, entre excelente, bueno o malo es un poco más de esfuerzo. El éxito consiste en ir siempre hacia delante, sin importar lo que se gana, se pierde o se deja de hacer, pues, nadie es más viejo sino trabaja hoy y llega mañana.

Leer y escuchar siempre al humilde o al decano, nos dará conocimiento o calmará la ira. En ocasiones, hay dificultades que sólo avivando al ingenio, se pueden tomar justas y grandes decisiones, sin dañar ni maltratar a nadie. Emprender, nos da la mitad de la tarea, la cual estará hecha de pequeñas cosas, que al igual que el corazón es una riqueza y ésta se regala o en otras palabras: Se retribuye con creces lo que se aprende. No hay bien sino lo compartimos, ya que la conquista es el regalo de lo actuado por si mismo, con el respeto hacia los demás.

Levantando la cabeza, vemos el futuro, porque nadie sabe el potencial que se puede tener, hasta que no se intenta, sea para bien o para mal. El que no lo intenta es sorprendido por el que lo hace, pues, en el mañana está la esperanza de que amanecerá. Cuando se aprovecha la oportunidad para intentarlo con lealtad y hacerlo mejor, alcanzamos el mérito y el éxito, pero con el cuidado de no hacerlo sólo por vana gloria, por adquirir posición o porque yo sí puedo. ¡Cuidado!

La educación, la cultura y las costumbres son los pilares de los reyes, para no castigar a los hombres. La más bella obra es ser útil a su Nación y al prójimo, pues, el conocimiento es un tesoro, cuya clave es la práctica. A veces, las oportunidades son difíciles de reconocer, cuando sólo pretendemos que nos favorezca la suerte. ¡Y pensar que la vida es un paraíso! “No es perezoso, únicamente, el que nada hace sino también, el que no hace lo mejor que puede”, escribió el gran filósofo Sócrates.

L. Esquivel, dice “El éxito es parte de la vida, pero no da la vida misma”, esto es como dicen nuestros abuelos: “A Dios rogando y con el mazo dando.” En la medida de ayudar está la fortaleza, pero es necesario sostenerla después. La mejor vida no es la más larga sino la más rica en buenas acciones y no, en intenciones.

Dice, O. Marden: “El éxito es hijo de la perseverancia y firmeza en el trabajo”, porque, más le vale al hombre actuar exponiéndose a la crítica, que no hacer nada por los demás. En tiempos difíciles, el carácter es una virtud; no resolver los problemas es crear uno mayor; sobrellevar una derrota es adquirir experiencia para el futuro y no cometer los mismos errores en el presente, nos da el dominio, el desarrollo y la voluntad. No se debe acusar a las buenas teorías de las malas prácticas, porque como dice P. Arameo: “No tires piedras en el manantial donde has bebido.” Aprende a vivir la vida, come para vivir y saber y no, vivas para comer y para saber humillar y pisotear a los demás.


Lic. Eduardo H. Moya Monge
14 de mayo 2008

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