EL ÁNGEL DE LOS POBRES: Dr. Enrique Roblero España



¿Nicaragüense?

Sí, Nicaragüense.

Graduado de Medicina en España, llegó un día a Heredia para quedarse.

Y se quedó para siempre…

El doctor Enrique Roblero España fue en vida un verdadero Santo, en su labor altamente altruista fue conocido como:

El “Ángel de los Pobres” y el “Consuelo de los Humildes”.

Nacido en el pueblo de San Miguel en Nicaragua, cerca de Granada, un 27 de abril de 1927, sus padres fueron el señor Enrique Roblero Vega (San Miguel) y la señora Francisca España Dranz (Granada)

De allí su característico y fuerte acento nicaraguense que lo acompañaría toda su vida y que sería el agradable y extraño sonido de consuelo balsámico que calmaba a los enfermos y permitía una cura rápida a sus padecimientos.

Todos queríamos al doctor Roblero y lo respetábamos, hasta el momento no conozco un “Jodido” tico que pueda dudar de su inmaculado recuerdo; creíamos y confiábamos en él y nunca nos defraudó.

Cuando algún carajillo del Barrio del Carmen decía que quería ser doctor, todos pensabamos en Roblero, era nuestra referencia personal de un buen profesional.

Con él todos éramos “Jodidos”, el doctor Roblero utilizaba muy a menudo esa expresiónpara  mostrar su confianza, amistad y camaradería.

Su misión sagrada era devolvernos la salud a todos por igual y siempre lo hiso bien, con dinero y sin el…

Morenote y sonriente pero serio a la vez, su mirada profunda mostraba el mejor “Ojo Clínico” que siempre oí decir.

Era el doctor de Heredia.

Lo conocí toda mi vida, tanto en mi casa durante sus visitas médicas como en su consultorio casi diagonal a la Corte, si había algún enfermo en la casa el doctor Roblero era el indicado.

Y esa era una realidad que nadie se atrevía a discutir.

Ante su agradable presencia vestida de maletín negro y gabacha blanca los chiquillos no gritábamos asustados y los adultos mayores se dejaban auscultar fácilmente, su trato era muy familiar y las personas podían confiar en su sabio diagnostico clínico siempre acertado.

Pero sobre todo podían estar seguras de que la consulta no les iba a resultar muy cara.

Si había platita se pagaba y si no:

Para la Próxima…

Una próxima que la mayoría de las veces nunca llegaba y más bien se repetía muchasveces hasta con las medicinas incluidas, pero así era el doctor Roblero.

BUENO y GENEROSO

Por eso la gente lo quería muchísimo.

¡Y aun lo extraña!

Fue un Medico General muy solicitado en Heredia, pero también un especialista en dar AMOR y CONSUELO al más necesitado; todo ello mediante el servicio presto, altruista y desinteresado.

Los días miércoles las aceras del barrio se hacían pequeñas para recibir y atender gratuitamente a su consulta más humilde, la más querida.

Todos hablaban ya no del hombre, si no del santo.

Cultivó su hermosa herencia de amor al prójimo al lado de una linda y pequeña familia, una esposa maravillosa llamada Lucía Benito Rodríguez y de dos hijas tan nobles como su padre.

Fue político por un tiempo, pero la suerte no estuvo de su lado; Diosito lo quería en su labor de Medico, donde su política más reconocida y admirada fue la HUMILDAD y el SERVICIO.

En mis tiempos de universidad el doctor ya había trasladado su consultorio casi al frente del primero y había construido una hermosa casa por los límites del viejo Uriche.

Como el consultorio de Roblero estaba cerca de la casa de mis padres, camino al parque, era imposible no percatarse de cualquier cosa que ocurriera en las cercanías de ese Oasis de Salud.

Me llamaba la atención que siempre al ser las seis de la tarde observaba a un señor que estacionaba su Pick Up de adrales frente a la puerta del nuevo consultorio de Roblero, fuera de su vehículo siempre  esperaba atento la salida del doctor, no importaba la hora.

Saliendo Roblero se iban juntos a cubrir consultas.

En mi condición de metiche incorregible desde niño y siendo mucha la curiosidad, una noche me atreví a preguntarle:

-¡Señor!

-Porque usted espera siempre al doctor Roblero fuera del consultorio.

-¿Es acaso taxista?

-No tengo por qué contestarle, pero viéndolo desde hace días rondando por aquí, se le voy a contar.

-Hace algunos años tuve a mi chiquita muy pero muy enferma, en el Hospital de Heredia ya no sabían qué hacer con ella, y para colmos en ese momento no tenía trabajo, mucho menos dinero.

-Mi situación era muy difícil, sin embargo y por la emergencia de mí niña decidí acudir al famoso y caritativo doctor Roblero; sabiendo que no podía pagarle.

-El me recibió como a cualquier otro paciente, atendió súper bien a la niña y me la receto; de un momento a otro me volvió a ver directamente a los ojos y con esa mirada noble que todo lo ve me dijo:

“..Tomá la receta y el dinero para que le compres las medicinas, anda vete yá y no dejes de atenderla; eso sí vení mañana a las seis por mí para ir a verla de nuevo”

“…Andá andá, ¡Corré Pué¡, que el tiempo vuela…”

-La chiquita mejoro y al final se curó del todo gracias a Roblero, a partir de ese momento juré llegar todos los días a las seis de la tarde para llevarlo al lugar que fuera su consulta de esa noche.

Ese era Roblero.

Un gran Medico y un mejor ser humano…

Llegó el día en que el Cielo necesitaba un Ángel Doctor y adivinen a quien escogió:

Sí, a Roblero.

Falleció en Heredia a los setenta y siete años un 5 de noviembre del 2003.

Un saludo de aquí hasta allá.

Gracias doctor Roblero, su recuerdo y ejemplo siempre vivira con nosotros.
Dr. ENRIQUE ROBLERO ESPAÑA.
Fotografía cortesía
Sra. Lucía Benito Rodríguez de Roblero.
Dr. ENRIQUE ROBLERO ESPAÑA. Fotografía cortesía Sra. Lucía Benito Rodríguez de Roblero.


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