Proyecto Placas estereoscópicas

 FORCOS Costa Rica ha tenido la oportunidad de acceder a una colección de placas de fotografía estereoscópica. La colección se compone de un estimado, aún no contado en detalle, de 900 placas de vidrio. Todas estas imágenes datan aproximadamente de entre 1920 y 1950, están guardadas en pequeñas cajas con 15 placas cada una y todas reunidas en un contenedor común. SU dueño, aún anónimo, las compró en los años 70s a un estudio fotográfico en Costa Rica. Todas las fotografías que se han revisado parecen ser nacionales, sin embargo esto se verificaría con más detalle cuando se tenga acceso a todas las imágenes de la colección. 

La fotografía estereoscópica nace de la mano de la fotografía común. En 1838 Sir Charles Wheatstone publicó un artículo en el que describía la visión estereoscópica. Este descubrimiento pudo aplicarse pronto al nuevo invento de moda en la época.

Se basa en la visión humana y en la separación de, aproximadamente, 65 mm. que existe entre nuestros ojos. Éstos reciben cada uno una imagen diferente que el cerebro une creando el efecto de tridimensionalidad.

Las cámaras estereoscópicas de la época tenían dos objetivos que impresionaban las placas sensibles con dos imágenes diferentes. Este tipo de cámara fue perfeccionada y comercializada por Sir David Brewster en 1851.

Para conseguir la visión en tres dimensiones se inventó un aparato llamado estereoscopio. Con él se ponen las fotografías una al lado de otra y pueden ser vistas de manera que el cerebro las integre en una sola.

El objetivo con dicha colección es reproducirlas a un medio digital.

La digitalización de las colecciones fotográficas es primordial para garantizar, por un lado, la conservación del patrimonio y por otro, el acceso a un amplio abanico de usuarios. Las copias digitales permiten la consulta y la reproducción de las fotografías sin causar daño a los originales. 

Hay que ser conscientes de que el proceso de digitalización es una técnica agresiva para los artefactos fotográficos, pudiendo en algunos casos incluso acelerar los patrones de deterioro. A pesar de esto creemos que las posibilidades que ofrece la creación de un archivo digital como respaldo para colecciones como éstas compensan los aspectos negativos. De todos modos otro de los objetivos es que los propietarios de cantidades de fotografías antiguas puedan conservar su recurso y a la vez participen en la recuperación y la difusión de todo este material. Los respaldos digitales no necesitan justificarse pues ya se ha visto con años la masiva capacidad de difusión que le logra con ellos a la vez que los recursos originales físicos se pueden conservar sin ser manipulados en gran medida.





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