Vitaminas para un corazón contento


Vitaminas para un corazón contento


El refrán "panza llena, corazón contento" puede ser cierto por la sensación de tranquilidad que produce el haber comido lo suficiente. Pero no podríamos decir algo así como "panza llena, corazón saludable", porque tal cosa no sería cierta. La salud del corazón no depende de la cantidad de comida ingerida sino de la calidad, incluyendo las vitaminas.

"Consumir antioxidantes como la vitamina C, E y A, así como el betacaroteno, previene los problemas del corazón", asegura Sabrina Hernández, licenciada en dietética y nutrición y quien trabaja con pacientes cardiacos en el Miami Cardiac & Vascular Institute del hospital Baptist de Miami. "La vitamina E se consigue en aceites de oliva y nueces y es recomendable consumir de 400 a 800 unidades al día". La vitamina A se encuentra en los alimentos amarillos y rojos, mientras que la C abunda en los cítricos.

Nutricionistas y médicos suelen convertirse en verdaderos guardianes de lo que algunos llaman ‘comer inteligentemente', para asegurarse de que se ingieran esas vitaminas. "Yo me considero como la policía de la comida y odio las dietas", comenta Hernández y afirma que lo ideal para una nutrición que le haga bien al corazón no es hacer dieta, sino comer ‘de todo', pero en las cantidades necesarias. Desde luego que con ese ‘de todo', los nutricionistas se refieren a alimentos que son considerados como provechosos.

En cuanto a lo que no se debe comer, la dietista recomienda evitar las grasas saturadas y las frituras. Entre las grasas saturadas está la mantequilla, crema agria, todos los derivados del coco, la manteca de puerco y la grasa animal.

Los cardiólogos son también poderosos guardianes de la buena nutrición. "Las mujeres hispanas, como madres tienen la responsabilidad de alimentar correctamente a la familia, inculcar buenos hábitos alimenticios en los hijos y poner en práctica buenas costumbres nutricionales y de “ejercicio”. Los niños aprenden por medio del ejemplo", afirma la Dra. Abbe Rosenbaum, cardióloga colombiana miembro del Colegio Americano de Cardiólogos y con maestría en Salud Pública de la Universidad de Harvard.

Junto con las vitaminas, los ácidos grasos son otra clave para tener el corazón no tanto ‘contento' como saludable. "Basado en datos recientes se ha demostrado que los ácidos grasos Omega 3 sí son beneficiosos y sí se recomienda ingerirlos. No se sabe exactamente cuál es la dosis ideal", explica Rosenbaum, quien está afiliada al South Miami Hospital.

Recientemente y por primera vez, la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) ha recomendado consumir pescados grasos que contengan el Omega 3, entre los cuales la AHA incluye el salmón, el atún en lata y las sardinas.

"En algunos casos parece que los Omega 3 disminuyen los triglicéridos. No se sabe exactamente el mecanismo cuál es, pero parece que disminuyen la mortalidad por enfermedad coronaria en general, y en particular por muerte súbita", comenta la cardióloga. Esta última condición se refiere a las personas que "mueren sin anuncio, de repente". Lo que sí se sabe es que esos ácidos son beneficiosos en pacientes que ya tienen enfermedad coronaria.

"Una dieta sana mantiene bajo el colesterol ‘malo', que es el de baja densidad o LDL; mantiene los triglicéridos bajos; el colesterol de alta densidad o HDL, que es el protector, el beneficioso, lo mantiene alto", explica Rosenbaum.

Además una dieta balanceada contiene sustancias beneficiosas, como son los antioxidantes que están en las frutas y las verduras. Hernández, por su parte, recomienda comer cinco al día y explica que los antioxidantes son vitaminas que ayudan a eliminar el colesterol "malo".

"Todo el mundo debe saber su colesterol. El total debe estar por debajo de 200 y esto se puede saber con un examen de sangre", dice la nutricionista, quien es vocera de la Florida Dietetic Association.

Los factores de riesgo son aquellos que predisponen a la persona a sufrir una enfermedad coronaria y que consisten en que las arterias se bloquean, aclara Rosenbaum. "Lo que sucede es que las arterias se obstruyen dificultando el paso de la sangre y el oxígeno", cuenta el doctor Jesús J. García-Guerra, médico anestesiólogo retirado, a quien le hicieron una operación de corazón abierto hace ocho meses, porque tenía tres arterias tapadas.

Cuando se tapa una arteria, puede producirse un infarto. Hay algunos factores de riesgo muy bien establecidos, explica la cardióloga. Entre esos factores está la edad y el género. En las mujeres también se presentan estos problemas, pero a mayor edad que en los hombres. El fumar es sin duda un factor muy importante, así como el colesterol alto, la obesidad, la vida sedentaria, la diabetes, la presión alta, explica la doctora.

Los colores son una clave fácil para una alimentación saludable. "Así como Dios nos dio el arco iris, nos dio también una variedad de comidas de todos los colores", comenta la dietista.

La nutricionista recomienda a los padres que les den a sus niños comidas de diferentes colores y se pregunten con ellos por la noche: ¿comiste algo rojo, algo amarillo, algo blanco o verde?

La dietista propone servir a la mesa, entre otros colores, los siguientes:

Morado: berenjena, uva, ciruela, remolacha (el extracto de semilla y cáscara de uva es un buen antioxidante)

Azul: mora

Rojo: pimientos, ajíes, tomate, fresa, mora roja, cereza, toronja roja, manzana (ricos en fitonutrientes)

Anaranjado: naranja, melón de agua, mango, papaya, zanahoria, calabaza, boniato, albaricoque, durazno

Amarillo: calabacín, ajíes amarillos, limones amarillos, piñas

Marrón o carmelita: papa con piel, toda clase de nueces (tienen grasa monoinsaturada que puede reducir el riesgo de enfermedades cardiacas), cebada, avena (una taza diaria de avena reduce el colesterol "malo")

Blanco: arroz, soya (contiene fitoestrógeno), pescados como salmón, tuna y macarela (tienen un efecto muy positivo contra el mal coronario)

Tanto la cardióloga como la dietista coinciden en que un corazón saludable no se consigue únicamente con una buena dieta. También es clave el ejercicio. Las expertas recomiendan al menos caminar todos los días durante 30 minutos. Rosenbaum además sugiere practicar deportes como la natación y montar en bicicleta aunque sea estacionaria; o realizar labores físicas como la jardinería y amar mucho a todas y todos los que nos rodean y viven con nosotros.

Fuente: El Nuevo Herald

Colaboración de:


Lic. Eduardo H. Moya Monge

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