Ing. JORGE MARIO DELGADO MADRIGAL, In Memoriam...(1926-2015)


A la mayoría de ustedes les puede resultar desconocido este nombre. Pertenece a un héroe anónimo, a quien tuve la dicha de conocer y visitar en su casa, en marzo de 2014, cuando venía recuperándose de un accidente vascular que afectó su habla y su movilidad. Aún con aquellas secuelas, don Jorge Mario –casi en sus 90 años-- me contó, desbordado de felicidad, la forma en que él rescató la célebre fuente “Cupido y el Cisne”, para que hoy toda Costa Rica la luzca con orgullo. La fuente estuvo abandonada y a expensas de todo, durante una década, desde el año 1959 hasta inicios de los 70s, cuando don Jorge Mario la descubrió, hecha pedazos, en un plantel municipal, y primero por piedad y luego por amor, la sacó de aquella “tumba” y le devolvió la vida. Todo ello con la ayuda y complicidad de don Herbert Nanne Michaud. Ellos dos se empeñaron en recuperarla, y llevaron a cabo la primera restauración de la fuente. Fue titánica la labor de armar aquel desastre mayor y reponer piezas faltantes. Después, merecidamente, vino a ser ella la joya principal del edificio de la Facultad de Agronomía, inaugurado en el año 1973. Allí estuvo en un patio interno de esa Facultad, hasta el traslado al sitio actual, a finales de la década de los 80s.
En ese entonces, don Jorge Mario era Secretario de la Facultad, pero luego, en el año 1977, alcanzaría el cargo de Decano. Se jubiló en el año 1984. Su especialidad fue la avicultura; su pasión: el cuido de las aves (como aves son los cisnes) y la recuperación de las cosas antiguas de valor. No solo rescató la fuente. También rescató la increíble esfera indígena que apreciamos a la entrada de la facultad de Agroalimentarias. Fue distinguido con una Beca por parte del Gobierno de Estados Unidos para especializarse en Avicultura, y luego recibe un diploma de Ciudadano de Honor, de la ciudad de Clinton, Iowa. También ejerció el cargo de Vice-cónsul Ad Honorem del Principado de Mónaco, 1967-1974.
El año anterior, en el período durante el cual se hizo la última restauración de la fuente, tuve la ocasión de dirigirme a muchas personas de la Universidad para pedir que se hiciera un homenaje, en vida, a la persona que hizo posible la preservación de la fuente. Envié cartas, hablé con muchas personas. Lamentablemente, nunca hubo una respuesta, con acción, por parte de las autoridades universitarias, y don Jorge Mario se nos fue, sin su merecido reconocimiento. Todas las restauraciones actuales y futuras, todas las fotos, todas las bellas escenas de los estudiantes y profesores sentados o caminando alrededor de esta joya --el primer monumento sanitario de Costa Rica--, solo se pueden explicar por la terquedad y visión de don Jorge Mario. Desde acá, desde esta tribuna que leen mis amigos, hago este humilde y sentido homenaje a una persona maravillosa, que pasó por este mundo dejando solo cosas buenas. Gracias don Jorge Mario por haberme aceptado como uno de sus últimos amigos...

Comentario de Sergio Orozco Abarca

FOTOS: Colección Fotográfica Universidad de Costa Rica, Archivo Universitario Rafael Obregón Loría

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