LA ERMITA QUE FUNDÓ UNA CIUDAD
Colaboración de Manrique Alvarez
1714-2014
CIUDAD DE HEREDIA
300 AÑOS DE HISTORIA A TRAVÉS DE CINCO IGLESIAS
V PARTE
El Siglo XX llegó y nada pasó.
No hubo temblores ni huracanes, mucho menos algún cometa o meteorito que amenazaran nuestro planeta; todo era paz y tranquilidad en nuestra ciudad.
Heredia seguía igualita que antes.
La Parroquia se conservaba intacta y en ella se celebraron las Misas de Año Nuevo, dieron las doce de la noche del 31 de diciembre de 1899 y todos suspiraron aliviados.
Tanto mentalistas como chismosos se habían equivocado, sus trágicas premoniciones y comentarios con respecto al “Juicio Final” resultaron ser completamente falsos.
Ni tragedias ni Juicio Final en 1900, solo la esperanza en Dios que el nuevo siglo fuera mejor para todos.
Para ese entonces los alrededores de la ciudad se encontraban completamente sembrados de café, sus rojos frutos y el secado de los mismos mantenían la “aromática” economía de nuestro país.
Por tres días sus hermosas flores cubrían los cafetales de Heredia, blancura y aroma se conjugaban para convertirse en preciosos e inmaculados manteles del campo.
En esos días la provincia se volvía blanca.
Heredia contaba con buenas escuelas, panaderías, pulperías, restaurantes, sodas, zapaterías, joyerías, sastrerías, talleres, herrerías, sombrererías, fundiciones, fotografía, farmacia, imprenta, periódico, almacenes y hotel.
La ciudad se encontraba comunicada con San José, Cartago y Alajuela mediante teléfono, telégrafo, correo, tren y algunas diligencias que hacían el recorrido a diario.
En sus periferias se habían instalado Aserraderos, Caballerizas, Trapiches, Beneficios de Café, Molinos, Arroceras, Matadero (Rastro), Telar y hasta algunas fábricas de Jabón, Candelas y Puros.
Había un hospital bien organizado, el Hospital San Vicente de Paul; este nosocomio se encontraba ubicado hacia el suroeste de la ciudad y estaba contiguo a la línea del tren.
El Hospital San Vicente de Paul había sido fundado en 1889 bajo la dirección del doctor Cirilo José Meza Noguera, desde ese año y hasta hace poco ocupaba el edificio de la primera estación del ferrocarril de Heredia.
Hacia el extremo este de la ciudad se encontraban las famosas plazas de Ganado y de Chanchos (Escuela Rafael Moya y Palacio de los Deportes), los miércoles se realizaba en ellas el famoso Mercado de Ganado, quizás el más grande de todo el país.
Ese día iban y venían caballos, reses, cabras, vacas y chanchos por todo lado; se transaban miles de colones en semovientes de todo el país, claro que mediando la honradez y el “Pelo de un Bigote” de los ganaderos de antaño.
El comercio era muy grande.
Los días de no comercio en la Plaza de Chanchos se comenzaba a practicar y enseñar un nuevo deporte traído de San José por algunos “Niños Bien”, procedía originalmente de Inglaterra y le llamaban Futbol.
Heredia había crecido bastante en los últimos años, dentro de su perímetro interno residían seis mil ochocientos ochenta habitantes, muchos de ellos eran niños y jóvenes; ya a Heredia no se le podía considerar como un pueblito colonial.
Para 1900 el viejo Cuartel no daba abasto con tanto “tortero”, vago y borrachito preso en las celdas del Fortín; se necesitaba de urgencia una nueva Comandancia de Policía y una Cárcel más grande.
Y los terrenos boscosos al norte de la ciudad eran perfectos.
Tomando el camino a Barva se hallaban unos predios municipales que tenían algunos árboles de madera fina, mismos que alguna vez dieron sus valiosas “entrañas” para la construcción de la Parroquia.
La decisión de empezar fue inmediata.
En febrero se iniciaron las obras de la nueva Comandancia y Cárcel, para ello se cortaron casi todos los arboles que aun quedaban sembrados en el sitio.
Sus valiosas maderas se ocuparon en la elaboración de las formaletas de fundación, cerchado de las bodegas y puntos de apoyo para las futuras paredes.
¡Lamentable!
Por diferencias en las dimensiones de la obra, cambios estructurales y falta de un presupuesto holgado, la construcción se alargó por varios años.
Iba al paso de buey cojo.
El crecimiento de la población joven de la ciudad exigía lugares para el sano esparcimiento, los juegos y la práctica del Futbol.
Para esos menesteres solo estaban la Plaza de Chanchos o Iglesias (Palacio de los Deportes) y en algunos días de la semana la Plaza Nueva al norte de la ciudad (Parque Alfredo González Flores o de las Embarazadas).
Los güilillas más chiquitillos disfrutaban de la Placita del Carmen y el Parque Central, lugares de diseño que ya no contaban como plazas.
En vista de lo anterior y muy cerquita del mercado se encontraba un terreno baldío de unos ocho mil quinientos metros cuadrados, una propiedad que ocupaba casi una manzana y que no se utilizaba para nada bueno.
Había sido comprada por la Municipalidad en enero de 1904 a los herederos del doctor Juan J. Flores Umaña.
Inmediatamente se procedió a limpiar el terreno con la finalidad de instalar allí una nueva plaza, en mayo se inauguró y se le bautizo con el nombre de “Plaza Flores” en honor a su antiguo dueño (Parque de los Ángeles).
La “Plaza Flores” fue el segundo lugar en Heredia donde se practicó libremente el Futbol.
Sin embargo y a pesar de todo, en Heredia no había educación secundaria; el último “Colegio de San Agustín” (1897), tercero en la lista de los agustines, había sido cerrado por falta de fondos municipales en 1898.
Volvía a surgir la necesidad de tener que recurrir a colegios de San José y Cartago para que los estudiantes completaran su educación secundaria, una costosa inversión familiar que implicaba traslados, hospedaje y manutención diaria.
Los heredianos no se quedaron de brazos cruzados.
El 4 de abril de 1904 vuelve a abrir por cuarta vez el veterano Colegio de San Agustín, una necesidad educativa que se hacía realidad con los fondos suficientes para mantenerse abierta por largos años.
El director del nuevo colegio fue el doctor Benjamín de Céspedes y Santa Cruz.
Inicialmente tomaron en préstamo un viejo edificio de dos pisos que había funcionado como hotel, situado doscientos veinticinco metros al sur de la Parroquia; contiguo a la actual Escuela Braulio Morales.
Al fin había un colegio en Heredia.
Por su parte, el cura párroco Rosendo de Jesús Valenciano decidió tomar parte de los jardines del lado noreste de la Parroquia para construir un nuevo salón parroquial; el Salón de Catecismo.
Y lo hiso.
Asimismo contrató la compra de un nuevo Órgano de viento para la Parroquia, lo importó desde Francia y despues de armado lo inauguró el 18 de abril de 1904; su costo total fue de once mil colones.
El Colegio de San Agustín también necesitaba un edificio propio, en cualquier momento debían desocupar y devolver a don José María Zumbado Trejos el edificio que les había prestado a principios de año.
La Municipalidad adquirió a finales de 1904 una propiedad para el colegio, era una vieja casona que también había pertenecido al doctor Juan J. Flores Umaña y se ubicaba en el mismo lugar donde hoy se encuentra el Liceo de Heredia.
Se pagó a la señora Anita Roy Lordly Purdy la “astronómica” suma de seis mil colones, el pago debía de hacerse en cómodas cuotas de polaco de doscientos colones mensuales.
Había costado más caro el Órgano de la Parroquia.
En setiembre de 1905 ocurrió una situación extraña y el Colegio de San Agustín cambió inesperadamente de nombre, es a partir de ese momento que el colegio sería conocido con el nombre secular de “Liceo de Heredia”
El viejo Liceo de Heredia (1905-1914) era un colegio muy diferente al que hoy conocemos con ese mismo nombre; fue suprimido en 1914 y lo único que queda de él es la parte oeste de su vieja fachada.
Y de pronto, un Presidente herediano.
El Lic. Cleto González Víquez, prestigioso abogado e historiador originario de Barva, asume la Presidencia de la República en 1906.
Buenas noticias y posiblemente más obras para Heredia.
Mientras tanto, en aquel viejo Liceo de Heredia se instauró en 1907 la enseñanza mixta, por primera vez en Costa Rica las mujeres y los varones podían estudiar juntos sin ningún problema ni prejuicio.
Entre las primeras alumnas de ese año estuvo la señorita Felicitas “Lita” Chaverri Matamoros, valiente mujer que se convirtió en la primera Licenciada en Farmacia (1917) y la primera mujer universitaria graduada en Costa Rica.
Un pilar de los Derechos de la Mujer en Costa Rica.
A mediados de 1907 se ordena la tala total del cinturón de Higuerones que rodeaba el Parque Central, se hacía necesario ampliar las calles aledañas y darle una mayor amplitud a las aceras.
En 1908 se comienza la construcción del nuevo edificio del Liceo de Heredia en su primera etapa, el plano original del Ing. José Fabio Garnier Ugalde suponía cuatro etapas que abarcarían la edificación actual y un tanto más.
Lo único que se pudo construir consistía en una estructura solida y pequeña que aun no ocupaba la esquina este, tampoco la totalidad de su frente sobre la avenida central.
Su edificación de ladrillo de barro cocido cuenta con gruesas paredes y bonitos pasillos, se ubicaba a la par de dos enormes casonas de adobes y bahareque que en el futuro serían absorbidas por la institución.
El área de construcción de ese viejo Liceo de Heredia abarcaría únicamente mil metros cuadrados.
Para ese mismo año, la Parroquia recibió por donación del financista Jaime Gordon Bennett Record una vieja casona esquinera para albergar su Casa Cural, mismo lugar donde hoy se encuentra dicha casa.
Despues de años de construcción, la nueva Comandancia y Cárcel por fin fueron concluidas; el traslado desde el viejo Cuartel y su inauguración se realizaron durante los primeros días de Julio de 1908.
A finales de 1909 se terminó la construcción del viejo Liceo de Heredia, la pequeña obra fue entregada a la administración en gris y con algunos detalles por terminar.
Durante el gobierno de don Ricardo Jiménez Oreamuno (1910-1914) se contrató a la empresa “The English Construction” para edificar dos grandes edificios en la ciudad de Heredia.
El Correo y la Escuela Braulio Morales Cervantes.
Fueron los primeros edificios en concreto armado de la ciudad de Heredia, su construcción fue carísima para la época ya que el cemento era importado de Alemania y la varilla corrugada de Inglaterra.
El Gobierno de Jiménez Oreamuno también hiso posible el contrato y la construcción de la planta hidroeléctrica “La Joya”, situada al noreste de Heredia.
Además de luz, había fuerza eléctrica.
Esta nueva planta hiso posible que por primera vez llegara la electricidad a los hogares, con ella surgió la necesidad de adquirir aparatos eléctricos que suavizaran las rudas labores de las amas de casa.
Las condiciones de vida mejoraron notablemente.
Definitivamente “La Joya” maximizó el comercio, las comunicaciones y posibilitó la incipiente industrialización de la ciudad; lo moderno era tema de todos los días.
Terminaba 1913 y se acercaban las elecciones presidenciales para el periodo 1914-1918, Heredia quería otro Presidente; alguien así como don Cleto.
-¿Cómo Cleto?
-¡Nunca! Imposible.
Para los josefinos, el “esqueleto” ya era cosa del pasado.
Llegaron las votaciones de 1914, hace cien años; igual que hoy no hubo un ganador absoluto, eran tres candidatos y de los tres ninguno quedó.
En esa época el Congreso debía escoger Presidente.
Y lo escogió entre sus diputados.
Como por arte de magia y mediando la destreza de algunos políticos muy gatos, el “As bajo la manga” le dio a nuestro país otro Presidente herediano.
Alfredo González Flores.
El 8 de mayo de 1914 asumió la presidencia, lo acompañaban en su gabinete un selecto grupo de ministros muy conocidos y mejor preparados, entre ellos dos heredianos:
Su amigo y compañero de estudios Juan Rafael Arias Bonilla en Gobernación y Hacienda y su hermano Luis Felipe González Flores en Educación.
Las críticas en San José no se dejaron esperar:
-...Oh, no; más casos de nepotismo puro...
-…Los provincianitos ricos que viven bajo las “Naguas de la Parroquia”, uno es el Presidente y el otro su ministro...
-…Un abogadito de pueblo, va a ser el “tonto útil” de algunos mañosos del Congreso y uno que otro ministro.
-…El nuevo títere de don Ricardo…
-…No va a durar mucho…
Por dicha todos se equivocaban, excepto en la última afirmación.
Su gobierno terminó más temprano que tarde.
Ciertamente don Alfredo era un político con poca experiencia y no sabía mucho de administración pública, sin embargo era una persona honesta y de carácter; procedía de una familia rica y muy respetada en la ciudad.
Durante su administración se le dio gran impulso a la infraestructura en Heredia, se terminaron los edificios de la Escuela Braulio Morales Cervantes, el Correo, la carretera a San José y se concluyó la correcta instalación de la Planta La Joya.
La Parroquia también recibió parte de esa necesaria inversión que el gobierno de don Alfredo puso a disposición de la ciudad y su progreso.
Sus viejos muros perimetrales norte y oeste se reconstruyeron en ladrillo, un nuevo diseño los convirtió en cómodas y largas bancas de mampostería; banca y muro fueron uno solo.
Asimismo se instalaron sobre los muros superiores de las bancas hermosos barandales de hierro forjado que corrían a lo largo de la estructura, sobre ella y en tractos bien definidos se fijaron los nuevos postes de iluminación.
Pero la obra del gobierno de don Alfredo González Flores que más ha perdurado en la memoria de los heredianos es la Escuela Normal de Costa Rica.
En ella se incubó el esfuerzo mancomunado de dos hermanos por llevar a su tierra natal el semillero de maestros que antes estuvo en San José, una experiencia exitosa y de mucha proyección a nivel nacional.
La idea partió de la fusión de las dos escuelas normales de San José (Hombres y Mujeres) para convertirlas en una sola, un buen ejemplo de economía administrativa que se cristalizó en la ciudad de Heredia.
Para ello fue necesario suprimir el viejo Liceo de Heredia y sobre las estructuras de su pequeño edificio, levantar las nuevas de la Escuela Normal.
La Escuela Normal de Costa Rica abrió sus puertas en 1915.
Continuara…
Manrique Álvarez Rojas
25 de marzo del 2014
TORRE DE LAS CAMPANAS. Parroquia de Heredia. 1921. Fotografía de Amando Céspedes Marín.
COGEDORES DE CAFÉ. 1909. Fotografía de Fernando Zamora Salinas.
FLOR DEL CAFÉ. Cafetal. Fuente Internet.
PLAZA NUEVA O DE LAS EMBARAZADAS. Plaza González Flores. 1925.
CARCEL DE HEREDIA. Construcción 1908. Fotografía cortesia del periodista Eduardo Sánchez "Edú".
COLEGIO SAN AGUSTÍN.1904.
ORGANO DE LA PARROQUIA. 2013. Fotografía tomada del blog del maestro Mario Ramírez Espinoza.
LICEO DE HEREDIA. 1909. Construcción. Fotografía de Manuel Gómez Miralles.
LIC. CLETO GONZÁLEZ VÍQUEZ. Presidente de la República 1906-1910.
CORREO DE HEREDIA. 1915. Detalles finales. Fotografía de Manuel Gómez Miralles.
ESCUELA BRAULIO MORALES CERVANTES. 1921. Fotografía de Amando Céspedes Marín.
PLANTA LA JOYA. 1921. Fotografía de Amando Céspedes Marín.
LIC. ALFREDO GONZÁLEZ FLORES. Presidente de la República 1914-1917.
PARROQUIA. 1921. Nuevas bancas, muros y barandales. Fotografía de Amando Céspedes Marín.
CAMINO A SAN JOSÉ. 1915. Construcción. Conocido como el "Camino de los Ricos".
ESCUELA NORMAL DE COSTA RICA. 1915.
Formación para el Conocimiento Costarricense
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