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Ferrocarril al Atlántico, ¿Esclavitud en Costa Rica?


La construcción del Ferrocarril al Atlántico en Costa Rica fue el producto de varios complejos factores socio-políticos integrados, como necesidad de contar con una vía de comunicación terrestre en el siglo XIX, ampliando la urgencia comercial, principalmente la exportación del café en un principio y el banano posteriormente, a mercados de Europa, Norte y Sur América. Además el medio común al costarricense para entrar y salir del país para hacer contactos comerciales y tener acceso de nuevas formaciones académicas. También está la situación inversa, el ingreso al país de culturas diferentes que pronto tendrían arraigo en la sociedad costarricense, tanto comercial e igual en la formación de nuevos núcleos familiares, donde ambos son parte influyente en el contexto de la política nacional; donde inclusive con rasgos importantes hasta nuestros días.
Es notable la participación en un principio, de trabajadores costarricenses, como país receptor de la obra ferrocarrilera, donde se incrementa de manera gradual la presencia de chinos, alemanes, irlandeses, italianos y la cultura afro-caribeña, entre otros que veremos más adelante. Muchas veces en sitios de trabajo en condiciones de trabajo en condiciones muy difíciles e insalubres donde incluso aparece como actor secundario la muerte del trabajador del ferrocarril.
El caso de los Chinos en amplio, complejo y tiene muchas aristas para su estudio, en nuestro caso únicamente veremos un poco de cifras y una situación particular, que quizás para muchos, es desconocida, una fuerte explotación laboral con rasgos de ingratitud.
En el año de 1872 la empresa del Ferrocarril en Costa Rica gestiona ante del Gobierno el ingreso de 200 trabajadores chinos, estos vienen de California. Luego en el año de 1873 más trabajadores chinos se dirigen a Costa Rica, embarcan en el puerto de Macao (posesión portuguesa en la costa Sur de China meridional) a bordo del Vapor Italiano “Glensannox” desembarcando en Puntarenas, llevados a Cartago en febrero de ese mismo año. Realizan labores de movimiento de tierras, sirvientes, manejo de explosivos, carpinteros, etc. Muchos de ellos fueron trasladados a manos de particulares, incluso terminaron como peones de fincas. Los contratos (precios de los Chinos?) variaban entre 350 y 400 pesos.
Análisis fotográfico. Trabajador Chino durante la construcción del Ferrocarril al Atlántico en Costa Rica. Se observan “grilletes” en los tobillos (esclavitud en Costa Rica?). Fuente de la fotografía: Historia gráfica de las luchas populares en Costa Rica 1871-1930) Tomo I. Centro de Capacitación del Desarrollo.


Tomado de:https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10151850680114315&set=o.301327160934&type=1&theater

Colaboración de Sergio Barquero Ramírez


Forcos Costa Rica

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Benito Esquivel Sánchez 1853 -1960

Fuente: Sergio Barquero Ramírez


Benito Esquivel Sánchez. Baqueano de Minor Cooper Keith para la construcción de la carretera de San José a Carrillo (río Sucio)
Vecino de San Jerónimo de Moravia. Al año 2013 todavía hay personas que lo conocieron.

Nació en el año de 1853, falleció a la edad de 107 años. (Consulté expedente del Hospital y libro defunciones cementerio, se confirma la fecha) La foto fue obsequiada a quien escribe estas líneas (Sergio Barquero Ramírez) por Emilio Esquivel (sobrino de Benito Esquivel) el 16 de enero de 1997. Emilio Esquivel: -Desde horas muy tempranas en compañía de mi tío partíamos desde San Jerónimo de Moravia con dirección al Bajo de la Hondura, pasando por los puentes del río Hondura, horas después llegábamos a Carrillo.-




“Puente Veintisiete de Abril”

Inmerso en las profundidades de las montañas del Parque Nacional Braulio Carrillo y sobre el cauce del río Hondura reposa un “Gigante Silencioso”. Un Gigante que si pudiera hablar, tronaría con voz poderosa a la Costa Rica actual todo lo que sobre él pasó. De la figura del General Guardia y el Doc. Castro Madriz, de carretas cargadas de café que horas después llegaría al puerto de Limón, de aquellos costarricenses que salían a estudiar a Francia, porque en aquel entonces el idioma Francés estaba reservado para las familias de alcurnia. De máquinas nunca antes vistas en Costa Rica, de libros e ideas nuevas para aquel país que se vinculaba más rápidamente con los mercados de Europa y Estados Unidos.
De apellidos “extraños” que buscaban llegar a la Capital, los Sauter, Traube, Pittier, Rohomoser, para citar algunos.
Hoy la estructura del puente “27 de Abril” es el único sobreviviente de los tres grandes puentes de la antigua Carretera de San José a Carrillo (Río Sucio), imponente y majestuoso en tamaño e historia que guarda en su interior.
Cuando uno se adentra en la selva y recorre la antigua carretera únicamente se escucha el ruido característico del bosque, el trinar de cientos de aves, la fauna que merodea el sitio y el canto majestuoso del río Hondura. Y es de pronto cundo se llega de seguido al Puente 27 de Abril, se produce un efecto especial, casi mágico, la presencia de aquella soberbia estructura es un golpe a los sentidos. Pareciera que se hace un silencio al derredor y se puede viajar en el tiempo, se puede escuchar las voces de aquellos que lo construyeron, los materiales traídos en carreta desde San José; es transportarse a los años de 1882.
El puente ya cumplió su función, hoy modernas carreteras, medios de transporte, y la tecnología digital hicieron que el mundo sea pequeño y se conecte y comunique al instante.
El puente se niega a caer pese al paso de los años y sus mil historias por contar. Pese que en parte lo cubre la vegetación, todavía conserva los tablones del piso. No sucumbe, con mirarlo impone respeto en recuerdo a aquellos costarricenses que lo construyeron e hicieron que Costa Rica creciera comercialmente e intelectualmente. No agoniza ni muere, se niega sucumbir en las aguas del río Hondura. Ahí está presente, escondido entre la vegetación y ausente del ruido del actual San José, pero está “vigente” en la historia de este hermoso país.





"Planilla" y pago de trabajadores de la construcción carretera de San José a Carrillo (río Sucio).
En este caso corresponde a la sección Bajo de la Hondura.
Como dato importante aparece el nombre de Benito Esquivel, baqueano de Minor Cooper Keith.




Construcción Carretera de San José a Carrillo (río Sucio)
Año de 1881.
Carretera construida por 400 costarricenses en siete meses.
La fotografía corresponde pocos metros antes del descenso al Bajo de la Hondura.



Carretera de San José a Carrillo (río Sucio).
Empedrado desde San José hasta el río Sucio.
Carretera y puentes construida en siete meses.
Fotografía: Sergio Barquero.