Hacia Limón por Turrialba. Con ojos de viajeros fugaces

Ingenio de azúcar propiedad de Stanley Lindo Morales en la localidad de Juan Viñas, Turrialba. La fotografía no es parte de esta bitácora y no corresponde en fecha a la narración actual.
Extracto de la bitácora de la La Primera Expedición Panamericana Integral (l982-l996) por los esposos Pachta.



Nuestra próxima meta es el puerto de Limón, en la costa atlántica, o si se quiere en la costa caribe. Después de las sierras que son la espina dorsal de Costa Rica - se puede decir de toda América Central - queremos ver las llanuras bajas, y por lo tanto más tórridas, que se extienden a lo largo del Atlántico.

Por ahora, la topografía y la carretera son del tipo mexicano - montañoso, sinuoso, laborioso.

Lamentablemente, ya van varias veces que vimos basurales incipientes a lo largo de la carretera. ¿Cómo es posible en un país que, hasta ahora, vimos tan limpio?

Por las indicaciones viales, se ve que estamos fuera del tráfico ceremonial internacional; las indicaciones viales en la calzada ya no son del tipo teatral e inútil vespucciano, sino simples y prácticas del tipo mexicano.

Una falla enojosa y corriente es la falta de direcciones en los empalmes y los cruces; hay que descifrar el terreno por indicios circunstanciales en el suelo como lo haría un cazador siguiéndole la pista a un animal, o un policía siguiendo la pista de un fugitivo; lo que pasa es que no siempre se acierta y ya varias veces tuvimos que volver buenos trechos para ponernos de vuelta en el camino correcto.

Todo está muy verdeante; estamos en una zona de plantaciones de caña de azúcar extendiéndose celosamente por cualquier ladera humanamente accesible. Por alguna razón, evidentemente muy poco razonable, asociábamos plantaciones de caña de azúcar con llanuras, y aquí nos encontramos con la curiosa vista de lomas ondulando hasta el infinito, cubiertas de cañaverales sin fin.

Las plantaciones de caña de azúcar se volvieron menos exclusivas; hay también grandes plantaciones de café trepando las laderas por todos los lados; y también hay, naturalmente, bananos.

Otra curiosidad es la presencia, lado a lado, de coníferos y de bananos; ya encontramos esta combinación antes, pero todavía no nos acostumbramos.

Por una larguísima y sinuosa bajada, llegamos a la ciudad de Turrialba, con los frenos delanteros literalmente echando humo.

Con tanto café y tanta caña de azúcar por todos los lados, nos pareció evidente que tendríamos que visitar un ingenio de azúcar y un beneficio de café.

Así fue que, unos kilómetros después de Turrialba, desviamos de la carretera a Limón en procura de un beneficio de café, entre los más conocidos. La mala nueva fue que, en esta época del año, no se trabaja el café; la temporada termina a fines de enero. La buena nueva fue que la misma empresa también tiene, en el mismo sitio, un ingenio de azúcar; lo pudimos visitar, y ahora sabemos.

║¤ La caña de azúcar se cosecha de dos maneras: a mano, y mecánicamente; la cosechada a mano llega al ingenio limpia, la cosechada con máquinas llega sucia; ésta, primero, se lava rociándola con agua en la cinta transportadora que la lleva desde la recepción de caña hacia la primera operación.

║¤ La primera operación es tronchar la caña en pedazos más manejables.

║¤ Dichos pedazos se pasa por una desfibradora para desmenuzar cada trozo en sus fibras componentes.

║¤ Dichas fibras de caña se las pasa por una sucesión de cinco molinos, en realidad, una combinación de molinos y prensas rotativas, cada molino más apretado que el anterior.

║¤ El jugo que va saliendo de estos molinos y prensas se va virtiendo nuevamente en las nuevas fibras que van pasando por los molinos porque parece que humidificándolas así, se extrae todavía más jugo; como de los últimos molinos ya casi no sale jugo, a éstos se los va rociando con agua caliente a unos 60 grados.

║¤ Después del quinto molino, el jugo se filtra para separar las materias no líquidas más gruesas.

║¤ A dicho jugo de caña algo filtrado, se le agrega cal y azufre; la cal, en forma líquida; el azufre, en forma de humo, haciendo caer el jugo por una torre por la cual, al mismo tiempo, se eleva humo de azufre. Se agrega estos dos productos para esterilizar el jugo, matando sus bacterias, y para ayudar en su posterior clarificación, sirviendo también estos dos elementos como coagulantes de materias no líquidas en suspensión en el jugo.

║¤ Las fibras de la caña ya totalmente vaciadas de su jugo sirven de combustible en las calderas de la empresa.

║¤ El jugo de caña algo filtrado, con su tratamiento de cal y azufre, se pone a hervir para rebajar un poco el contenido de agua.

║¤ Luego, se clarifica el jugo, agregándole unos productos químicos para aglutinar las materias extrañas menores, y pasándolo por una centrífuga de no muy alta velocidad.

║¤ Como nada tiene que perderse, las materias extrañas así separadas del jugo, a su vez, se someten a un proceso de extracción del jugo que todavía puedan contener.

║¤ Luego, se pasa el jugo clarificado por evaporadores para sacar toda el agua de una vez, por una combinación de calor a 250 grados y de vacío; así se consigue un jarabe que se deja enfriar.

║¤ Dicho jarabe se pone a calentar nuevamente, para que se vaya  volviendo todavía más espeso.

║¤ A esta altura, interviene el ojo clínico de un técnico: cuando el jarabe llega a un cierto punto crítico de consistencia, se le agrega una cantidad de azúcar granulada blanca mezclada con alcohol, y ello actúa como un catalizador: el jarabe espeso, a su vez, empieza a cristalizarse, y se establece una cadena de cristalización que se sostiene a sí misma y se propaga por cantidades adicionales de jarabe espeso sin necesidad de volver a poner azúcar con alcohol; así se consigue azúcar ya cristalizada, azúcar que nuestro guía llamó con toda seriedad blanca si bien, a todas luces, era de color pardo - siendo el punto de vista de nuestro guía que era azúcar blanca pero cuya blancura no se veía todavía porque todavía tenía lo que llamaba miel, o sea melaza.

║¤ En el paso siguiente, se somete dicha azúcar blanca - pero parda - a una fuerza centrífuga durante dos minutos y medio para separar la susodicha miel de los cristales.

║¤ Y para finalizar el ciclo de centrifugado, se rocía los cristales y la miel, ya separados pero todavía pegados por la fuerza centrífuga contra los costados del cilindro, con un chorrito de agua de exactamente 15 segundos - y, como por milagro, el agua se lleva la melaza y deja los cristales de azúcar blancos; el chorro de agua es tan fino que no se ve, pero vimos bien claramente el cambio de color de pardo a blanco - realmente blanco esta vez - en 15 segundos.

║¤ Luego, como los cristales están mojados, lo único que falta es secarlos, en un cilindro casi horizontal, con una leve pendiente, y rotativo.

║¤ Y el producto así obtenido es azúcar blanca del tipo que se usa comúnmente en una cocina; y es así que esta empresa lo vende; para usos o gustos más distinguidos, habría que seguir refinando esta azúcar, volviendo a disolverla para volver a pasarla por procesos similares a los ya descritos, pero eso, lo hacen empresas extranjeras para satisfacer gustos extranjeros en los países de destino de esta azúcar costarricence.

║¤ Incidentalmente, la melaza tampoco se pierde, se utiliza para alimento de ganado y para alcoholismo de humanos.

Después de esta visita, viajar mucho no vamos porque ya no queda mucho de la tarde.

Todo el día, hubo grandes nubes pesadas de tormenta apoyándose en las cimas de las serranías, pero no les hacíamos caso porque, desde que llegamos a San José, habíamos visto permanentemente dichas nubes de tormenta siempre a punto de largar lluvia pero nunca haciéndolo; hasta que, aquí, por fin, se largó un aguacero.

Amainó el aguacero.  Estamos estacionados para la noche en un ambiente húmedo.

Tomado de: http://primera-expedicion-panamericana-integral.com/



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